Mientras sostienes la mano de tu mujer o de tu hombre, ¿por qué no sentarse en silencio? ¿por qué no cerrar los ojos y sentir? Siente la presencia del otro, entra en la presencia del otro, permite que la presencia del otro entre en ti: vibrar juntos, mecerse juntos.
Si una gran energía toma posesión, danzad juntos, y llegarás a cimas orgásmicas de gozo que no habías conocido nunca antes. Estas cimas orgásmicas no tienen nada que ver con el sexo, en realidad tienen mucho que ver con el silencio.
Y si puedes lograr también volverte meditativo en tu vida sexual, si puedes estar en silencio mientras haces el amor, en una especie de danza, te sorprenderás. Tienes un proceso integrado que te lleva a la orilla más lejana.
Texto de Osho
Namaste