Éste es un sentir muy importante, olvidemos el «aquà te pillo y aquà te beso», no todos los momentos son los adecuados, se tiene que saber reconocer cuando llega ese momento, en que la vulva desea ser besada, reconocer cuando la vulva se abre como una flor para entregarse a recibir el gozo del profundo placer que ofrece esta experiencia.
Vivirlo desde la presencia de tu amante o tu amad@, lleno ternura, de deseo, de pasión, de respeto, de dulzura y mucho mucho amor.
Cuando es asÃ, se convierte en una Bendición recÃproca.
Desde este lugar no solo la persona se siente amada, sino que también la vulva se siente vista, reconocida, amada y honrada y junto el corazón ya están relacionados directa e Ãntimamente.
Mientras que si la vulva es besada en el momento inoportuno el cuerpo puede fácilmente cerrarse a ese contacto intimo, por falta de presencia, y una excesiva precipitación y una falta de consciencia del funcionamiento de la naturaleza de la mujer, nos encendemos a fuego lento.
Honremos los órganos genitales, desde un lugar de alta consciencia, reconociendo que son centros de luz y amor, centros dadores no solo de placer, sino también centros dadores de vida humana.
Está es una invitación para que cada contacto sea desde la presencia y el amor, la honra y la Bendición.
Desde este lugar todo cambia de color.
Texto de Carmen Cost
Namaste