Tú sabes… ¿Qué cuando entras en una mujer, en realidad estás DENTRO de otro ser humano, estás dentro de ella? ¿Alguna vez te has dado cuenta de lo sagrado que es esto? Qué esto es lo más cercano a la unidad que jamás experimentarás, y que ella tiene esté regalo para ti… Que puedes volver al útero y al punto de la creación… Qué también puedes plantar las semillas de la creación… Que cuando la dejas, ella siente la separación mientras te retiras físicamente y la dejas vacía… Qué estar dentro de ella es un regalo, un honor, algo sagrado, y que es tu trabajo saber, respetar y honrar esto… Qué su corazón está conectado con su sexo, y cuando quieres entrar en su sexo, también entras en su corazón… Que siente todo cuando la entras, ya que toda tu energía se transmite hacia ella.
Por lo tanto, tienes la responsabilidad de entrar con transparencia de tus intenciones, ya que ella sentirá todas las formas en que podrías usarla para evitar sentir tu propio dolor o emociones.
Debes ser consciente, y ser consciente de por qué estás entrando en ella y de qué la estás llenando… Ese “sexo” es la unión cósmica de la energía femenina y masculina, un encuentro sagrado de polaridades, y que no tiene nada que ver con alcanzar un orgasmo, que dure lo suficiente, el tamaño, u otro número para tu colección, o tu valor… Qué realmente abrir a una mujer, se trata de profundizar, pero no profundizar en ella, profundizar en nosotros mismos, conocernos a nosotros mismos, y cuanto más profundo seas capaz de entrar en ti mismo, más profundo podrás entrar en una mujer también.
Texto de Zoe Johansen.
Namaste