¿Sabes que cuando entras en una mujer, en realidad estás dentro de otro ser humano, estás dentro de ella? ¿Alguna vez te has dado cuenta de lo sagrado que es esto?
Que esto es lo más cercano a la unidad que alguna vez vas a experimentar, y que ella tiene ese regalo para ti.
Que puedes volver al útero y al punto de la creación. Que puedes plantar las semillas de la creación también.
Que cuando la dejas, ella siente la separación mientras te retiras físicamente y la dejas vacía.
Que ser permitido entrar dentro de ella es un regalo, un honor, algo sagrado, y que es tu trabajo saber, respetar y honrar esto.
Que su corazón está conectado a su sexo, y que cuando quieres entrar en su sexo, también entras en su corazón.
Que ella siente todo cuando entras en ella, ya que toda tu energía está siendo acogida dentro de ella.
Así que, tienes la responsabilidad de entrar con transparencia de intenciones, ya que ella sentirá todas las formas en que podrías usarlo para evitar sentir su propio dolor o emociones. Tienes que ser consciente de por qué estás entrando en ella, y con lo que la estás llenando.
Ese sexo es la unión cósmica de la energía femenina y masculina, una reunión sagrada de polaridades, y no tiene nada que ver con llegar al orgasmo, si durará lo suficiente, el tamaño, otro número para tu colección o tu valor.
Abrirte realmente a una mujer se trata de ir profundo, pero no ir profundamente dentro de ella, es ir profundamente dentro de ti, conocerte a ti mismo. Cuanto más profundo eres capaz de entrar en ti, más profundo puedes entrar en una mujer.
Texto de Zoe Johansen – Self Love Coach
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Namaste